En redes sociales y plataformas de inteligencia artificial generativa ha surgido una nueva tendencia que está cautivando a millones de usuarios: las imágenes estilo Ghiblim. Con una estética que remite a los mundos mágicos, oníricos y llenos de naturaleza del reconocido Studio Ghibli —fundado por el maestro japonés Hayao Miyazaki—, estas imágenes reimaginan ciudades, paisajes o personas comunes como escenas de una película animada.
Pero, ¿quién o qué es Ghiblim? Aunque el nombre puede inducir a error, esta corriente se inspira directamente en el universo visual del Studio Ghibli, fusionando nostalgia, fantasía y tecnología. La “m” final no representa una marca ni un nuevo estudio, sino que es simplemente una deformación fonética surgida del uso popular y de etiquetas en plataformas de generación de imágenes por IA.
Detrás de cada una de estas coloridas escenas generadas artificialmente se encuentra un alto costo ambiental invisible a simple vista: según estimaciones recientes, generar una sola imagen con IA puede consumir entre 1 y 5 litros de agua, dependiendo del modelo utilizado y la infraestructura de procesamiento. Esta cifra contempla el agua utilizada para enfriar los centros de datos que ejecutan estos complejos procesos.
A medida que esta tendencia sigue creciendo, surgen nuevas preguntas: ¿cuánto estamos dispuestos a sacrificar por una estética digital? ¿Podemos imaginar un uso más sostenible de estas tecnologías creativas?
Imagen estilo Ghibli
Generar una imagen con IA suele requerir más recursos computacionales que el texto. Estimaciones recientes de la empresa Hugging Face y reportes como los de MIT Technology Review indican que: Una sola imagen generada con IA puede requerir entre 2 y 5 litros de agua, dependiendo del modelo y el centro de datos.
Textos generados con modelos ChatGPT
Escribir el texto del comunicado (alrededor de 300–350 palabras) implica el uso de servidores que procesan lenguaje natural. Según estudios recientes (como los de la Universidad de California Riverside y la Universidad de Texas en Arlington), generar 20 a 50 preguntas-respuestas con modelos como ChatGPT puede requerir entre 500 ml y 1 litro de agua aproximadamente.
Esto contempla el agua utilizada para enfriar los servidores durante el proceso de computación, dependiendo de la infraestructura del centro de datos (si usa energías limpias, sistemas de enfriamiento más o menos eficientes, etc.).
*Este comunicado de prensa y su imagen de apoyo, ambas generadas con inteligencia artificial, representa un consumo total estimado de 4 litros de agua. Este número puede parecer bajo, pero escala rápidamente cuando miles o millones de usuarios hacen lo mismo cada día. Por eso es importante empezar a considerar el impacto ambiental de nuestras actividades digitales —incluso las más creativas—.