- Así lo sostiene el académico Usach e investigador del Proyecto Greywater Reuse (GWR), Dr. Julio Romero, destacando el positivo efecto que tendrá la aplicación de la normativa que obliga a reutilizar aguas grises en las nuevas edificaciones de uso público, con superficie igual o superior a 5.000 m².
- Si bien la normativa es voluntaria para edificios destinados a vivienda, desde el Estado se está promoviendo su incorporación mediante proyectos piloto en varias regiones.
Hace unas semanas, durante la inauguración de una planta de tratamiento, los ministros de Vivienda y Urbanismo, Carlos Montes, y de Interior, Álvaro Elizalde, hicieron un relevante anuncio: desde la política pública se buscará impulsar la reutilización de las aguas provenientes de lavamanos, lavaplatos, lavadoras y duchas en nuevos proyectos de edificación.
La noticia fue recibida con entusiasmo por el equipo del Proyecto Greywater Reuse (GWR), liderado por la Usach, que ve en estas disposiciones un espaldarazo a las iniciativas científicas orientadas a la eficiencia hídrica. Si ya la Ley N° 21.075, publicada en 2018, daba el vamos a este tipo de proyectos, se abren nuevas oportunidades con la dictación de los decretos N°40 del Ministerio de Salud y el N°10 del Minvu, según lo estiman los investigadores e investigadoras del Proyecto GWR.
En concreto, de acuerdo con lo que se publica en el sitio web del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, “la norma es obligatoria para edificios de uso público con superficie igual o superior a 5.000 m², y otros específicos según su carga de ocupación y ubicación (hoteles, comercios, colegios, terminales). Cabe destacar que es opcional para edificios destinados a vivienda. Sin embargo, el Gobierno promueve su adopción mediante proyectos piloto en varias regiones”.
Al respecto, el Dr. Julio Romero, académico Usach e investigador del Proyecto GWR, señala que la normativa “es sin duda un avance, donde se está recién comenzando, pero que facilita la implementación de soluciones que permitan dar a conocer y difundir las diversas alternativas de tratamiento de aguas grises y su reúso en proyectos de mucha visibilidad”.
Explica que “dado que en el proyecto hemos venido desarrollando diversas alternativas de tratamiento de aguas grises y el reúso de estas aguas tratadas, este cambio normativo permitirá difundir un conjunto de tecnologías, que consideran desde soluciones basadas en la naturaleza (ej. humedales artificiales o construidos) hasta tecnologías avanzadas (sistemas electroquímicos de tratamiento, procesos de filtración y separación por membranas y de sorción de contaminantes emergentes), entre otros”.
La experiencia de Brasil
El Proyecto GWR, que culmina este año, está orientado al tratamiento y reúso de agua grises en viviendas, generando sistemas que se pondrán en marcha en una casa piloto del tipo unifamiliar. Sin embargo, esta normativa abre la puerta a un escalamiento hacia edificaciones de mayor superficie y con otros tipos de uso del agua, explican en el equipo.
“Será sin duda un inicio de la acción, donde no solo es clave definir los sistemas y tecnologías de tratamiento, sino que también el reúso del agua para poder visualizar las posibilidades de utilizar aguas grises tratadas y otras fuentes de agua no convencionales en múltiples aplicaciones (riego, recarga de inodoros, lavado, sistemas de enfriamiento, etc.), y así optimizar la gestión del recurso hídrico. Herramientas como la Inteligencia Artificial también jugarán un rol clave en este ámbito, y no podemos olvidar los estudios de aceptabilidad por parte de la comunidad”, destaca el Dr. Romero.
La colaboración que mantienen desde el Proyecto GWR con el profesor Ricardo Franci, académico de la Universidad Federal de Espíritu Santo de Brasil y director técnico de la empresa Fluxo Engenharia Ambiental, les permitió conocer en terreno casos concretos de tratamiento y reúso de aguas grises en grandes edificaciones. Así lo enfatiza el académico Usach: “La visita a instalaciones de diversa naturaleza en Brasil, donde pudimos ver la experiencia en edificios residenciales, corporativos e industriales, con sistemas de tratamiento de aguas grises basados en la naturaleza, sistemas biológicos y físicos, nos permitió visualizar que el escalamiento y el diseño detallado para cada situación es posible, que es rápidamente asimilado por la comunidad y que requiere de un cambio de mirada de parte de las organizaciones y de manera individual”.
Finalmente, afirma que “considerar las posibilidades de reutilizar el agua tratada en riego o descarga de inodoros, entre otras aplicaciones, plantea el desafío de ver el uso del recurso hídrico con una mirada integradora”.