Gracias a este proyecto, la señora Rosa Céspedes y su familia producen forraje para sus caprinos.
En el sector de Pintacura, Rosa Céspedes, una dedicada pequeña agricultora, ha encontrado una solución vital para mantener su producción de quesos en medio de una persistente sequía de 15 años. En el mismo predio que sus padres cultivaron, Rosa y su esposo crían cabras y ovejas, un trabajo que se ha vuelto aún más desafiante debido a la escasez hídrica.
Determinada a asegurar el alimento para su ganado, la señora Rosa postuló y obtuvo la bonificación de su proyecto de acumulación de agua a través de la Ley de Riego. Esta iniciativa ha sido crucial para garantizar el riego de sus cultivos forrajeros.
Inversión estratégica para la seguridad alimentaria
El proyecto, bonificado con más de 11 millones de pesos mediante un concurso específico para la pequeña agricultura y la seguridad alimentaria de la Ley de Riego, consistió en la construcción e impermeabilización de un embalse de regulación corta con una capacidad de 507 metros cúbicos. Esta infraestructura le permite almacenar el agua necesaria para sus animales, incluso en tiempos de sequía.
Álvaro Espinoza, Coordinador Regional de Coquimbo de la Comisión Nacional de Riego ( CNR ), visitó a la señora Rosa para conocer de cerca su proyecto. Espinoza reiteró el compromiso del gobierno con los pequeños agricultores “Hemos puesto como uno de los ejes prioritarios de esta gestión acompañar a la pequeña agricultura, y de manera muy especial a las mujeres rurales para que puedan acceder a diversas obras de riego, especialmente frente a la crisis climática que afecta a la región y que no solo les permite continuar con su actividad, sino que, además, les facilitan las labores asociadas al riego”.
Un legado familiar resguardado por la tecnología y el apoyo
Rosa Céspedes expresó su profunda gratitud por el apoyo de la CNR. “La Ley de Riego es un gran apoyo, me permite tener pasto y poder regarlo y ahora tengo, por lo menos, donde guardar agua. Cuando no llueve o llueve muy poco tenemos un gran problema, porque uno debe tener pasto para los animales, y debido a eso hicimos ese tranque que nos permitirá llevar agüita para las cabras, para los cabritos, para las ovejas, para todo.
Por eso es tan importante que la Comisión Nacional de Riego también esté apoyando a los pequeños y a las mujeres en especial. Esta es la herencia de los papás y hay que mantenerla”, comentó emocionada.
Este caso ejemplifica cómo la inversión en infraestructura hídrica, combinada con el apoyo a la pequeña agricultura y el enfoque de género, puede generar un impacto directo y positivo en la resiliencia de las comunidades rurales frente al cambio climático.